Como se venía rumoreando desde hace tiempo, Peter Oppenheimer, director financiero de Apple (Chief Financial Officer, CFO, en inglés) se retira y dejará la compañía en septiembre. Lo acaba de confirmar Apple a través de un nota de prensa en la que Tim Cook ha agradecido su contribución al éxito de la empresa.
Y bien merecido que está el agradecimiento, puesto que las finanzas de Apple han experimentado un crecimiento espectacular del que pocas compañías pueden presumir. Durante su década controlando las finanzas, las ventas se han disparado desde 8.000 hasta los 171.000 millones de dólares a día de hoy y la compañía se ha convertido en la segunda que más beneficios tiene del mundo (42.000 millones de dólares), sólo detrás de la petrolera Exxon Mobil.
Esta fabulosa capacidad de Apple para generar dinero le llevó en 2012 a acumular más de 100.000 millones de dólares en tesorería y otros activos líquidos. Un exceso de caja que ocasionó problemas con los accionistas, que reclamaban su parte del pastel y terminó por obligar a la empresa a empezar a repartir dividendos anuales. Está claro que a todos los directores financieros les gustaría tener que gestionar este tipo de problemas.
Luca Maestri, un italiano con experiencia previa en General Motors, Nokia y Xerox, será el encargado de ocupar su puesto. En septiembre Peter abandonará la empresa en la que ha trabajado 18 años. Exceptuando algunos trabajos de consultoría (le acaban de nombrar consejero de Goldman Sachs) pretende dedicar la mayor parte de su tiempo a la familia y a proyectos personales, como el de sacarse la licencia de piloto.
