Ayer terminó el largo proceso judicial en el que se ha condenado a Apple por prácticas monopolísticas en la venta de e-Books. Todo comenzó en 2012 cuando Apple y otras compañías fueron demandadas por acordar ilegalmente los precios de venta de los e-Books, dañando los intereses de los consumidores (que vieron como aquello condujo a un aumento general de precios de más de un 30%).
Muchas de aquellas compañías decidieron llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EEUU y evitar el linchamiento público. El juicio no le salió bien a Apple, que vio como algunos emails de Steve Jobs y declaraciones de Eddy Cue les dejaron con el trasero al aire, al demostrar que Apple pactó con las editoriales para subir el precio de venta de los libros electrónicos, en su pelea por robar protagonismo a la todopoderosa Amazon.
Finalmente Apple llegó a un acuerdo en 2014, según el cual tendrá que pagar 450 millones de dólares que se repartirán del siguiente modo: 400M$ para los compradores de e-Books, 20 M$ para el Estado y 30 M$ para los costes del juicio (los abogados siempre ganan en estas cosas, ya se sabe…).
Personalmente me parece bien que castiguen las prácticas ilegales, las haga quien las haga. Y si Apple ha vulnerado la ley que lo pague (que además dinero no les falta). También es cierto que me gustaría que este rasero se aplicara a todas las compañías. Que todavía seguimos esperando a ver cuándo termina Samsung de pagar los casi 1.000 millones que tenía que pagar por copiar el iPhone (sí, el original de hace casi 10 años…).
Vía: 9to5Mac