InicioAppleOne more Jobs I: Una ambulancia para este icono

One more Jobs I: Una ambulancia para este icono

Cuando estudiaba ingeniería industrial algunos compañeros de carrera me reprochaban que aprobara siempre las asignaturas (vivo en España, patria natal de Caín). Según ellos mis notas no tenían que ver con preparar los exámenes 14 horas diarias durante meses: decían que «tenía suerte». Mi respuesta siempre era la misma: «la suerte se estudia». Tengo el personal convencimiento de que las cosas buenas que a uno le pasan en la vida están directamente relacionadas con los esfuerzos que hacemos por conseguirlas. Y la suerte influye muy levemente en el proceso, poniendo un obstáculo aquí o una oportunidad nueva allá. El éxito de deportistas como Rafa Nadal, Fernando Alonso o Raúl González demuestra que el trabajo y la fortaleza mental son las claves para llegar a lo más alto.

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Y en el mundo de Apple tenemos un ejemplo paradigmático de esto mismo: Steve Jobs fue la prueba viva de que cuando te obsesionas con desarrollar productos perfectos puedes lanzar al mercado cosas asombrosas y revolucionarias. El iPod, iTunes, el iPhone y el iPad no aparecieron por suerte: fueron una combinación perfecta entre talento, liderazgo y un enfermizo cuidado por el detalle. Tras muchos años con nuestro blog me he animado a dedicar una sección específica al gran Jobs. Hoy nace en iPaderos «One more Jobs», una sección en la que intentaremos conocer mejor a la persona que había detrás del nombre. Anécdotas, éxitos, fracasos, historias cortas y mucho más. Y para estrenarnos empezamos con esta curiosa historia contada por Vic Gundotra, ex VP de ingeniería de Google (traducida al español):

Un domingo por la mañana del 6 de enero de 2008 estaba en misa cuando mi móvil vibró. Tan discretamente como pude miré el teléfono y vi que me llamaban desde un número desconocido, así que decidí ignorar la llamada.

Tras la misa, mientras iba al coche con mi familia, miré los mensajes de mi móvil. Había un mensaje de Steve Jobs: «Vic, ¿puedes llamarme a casa?. Tengo algo urgente que hablar contigo», decía.

Incluso antes de llegar a mi coche llamé a Steve. Yo era el responsable de las aplicaciones móviles en Google, y por ello tenía tratos frecuentes con Steve. Era una de las ventajas de mi puesto.

«Hey Steve, soy Vic», le dije. «Siento no haber respondido a tu llamada antes. Estaba en un servicio religioso y me salía como número desconocido, por eso no la atendí».

Steve se rió. Dijo «Vic, a menos que en el nombre del que te llama diga «DIOS», nunca deberías atender llamadas durante una misa».

Me reí nerviosamente. Después de todo, aunque era habitual que me llamará entre semana por cualquier asunto, era raro que lo hiciera en domingo y que me pidiera que lo llamará a su casa. Me preguntaba qué podía ser tan importante.

«Pues mira Vic, tenemos un problema urgente, uno que necesita ser resuelto inmediatamente. Ya he asignado a alguien de mi equipo que se encargará de ayudarte, y espero que puedas arreglarlo mañana mismo» dijo Steve. «He estado mirando al logo de Google en el iPhone y no estoy nada contento con el icono. La segunda O de Google no tiene el gradiente de amarillo correcto. Simplemente está mal y Greg se encargará de arreglarlo mañana. ¿Te parece bien?»

Por supuesto que me parecía bien. Pocos minutos más tarde me llegó un mail de Steve con el asunto «Icon Ambulance». En él me instaba a trabajar con Greg Christie para arreglar al icono.

Desde que tenía 11 años y me enamoré de un Apple II, he tenido docenas de historias que contar sobre los productos de Apple. Han sido parte de mi vida durante décadas. Incluso cuando trabajé 15 años para Bill Gates en Microsoft, tenía una gran admiración por Steve y lo que Apple hacía.

Pero al final, cuando pienso en liderazgo, pasión y atención al detalle, recuerdo esta llamada de Steve Jobs que recibí un domingo por la mañana en enero. Fue una lección que nunca olvidaré. Los CEO deben preocuparse de los detalles. Incluso de los tonos de amarillo. En un domingo.

Una historia fabulosa que demuestra hasta qué niveles alcanzaba la obsesión de Jobs por mejorar sus productos.

Volveremos pronto con más historias sobre el genial Jobs. Siempre cortitas y curiosas. Síguenos en Facebook y Twitter para no perdérte el próximo artículo de One More Jobs.

Imagen original: BI

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2 COMENTARIOS

  1. Excelente la nueva sección y muy buena anécdota, casi nunca me tomo la molestia de comentarles pero en verdad muchas gracias por el timepo y dedicacion que le ponen a todas sus entradas tanto aqui como en iphoneros, al igual de la plata que me ahorrado con las listas de app gratis que publican saludos

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