Hace más de 200 años Napoleón puso el dedo en un mapa y, señalando a China, dijo: «Aquí duerme un gigante. Dejemos que siga durmiendo, porque cuando despierte… el mundo se tambaleará.»
Hace menos tiempo, unos 7 años, yo mismo fui a China por un viaje de estudios en la Universidad de Pekín. Visité fábricas que me dejaron aterrado por lo acertado que estaba Napoleón. Su potencial es inconmensurable. Pude ver que China estaba haciendo una fortuna increíble gracias a su modelo mutante comunista-capitalista. Y por aquel entonces dedicaba todo ese dinero a sacar de la pobreza a sus ciudadanos. Me volví en el avión convencido de que si algún día a los chinos les sobraba el dinero saldrían de compras, posarían sus ojos más allá de sus fronteras y se harían con el mundo a golpe de talonario. Aún hoy me imagino un futuro en el que China Telecom compra Telefónica o Vodafone para empezar a vender en Europa. En el que Xiaomi se hace con el control de Samsung para competir con Apple. En el que Lenovo adquiere la división de ordenadores HP. ¡Ups! Esto último ya ha ocurrido…
Y es que China ya no es un país emergente explotado por occidente. Las fenomenales inversiones extranjeras de las últimas décadas han dotado al país de infraestructuras y han creado una clase pudiente consumidora de cientos de millones de personas. Hoy mismo nos han llegado dos noticias que apuntan en esta dirección: Por un lado, Forbes nos confirma que China acaba de superar a EE.UU. como la primera economía del mundo en PIB ajustado a PPP. Por otro lado, nos llega la noticia que por primera vez Apple ha vendido más iPhone en China que en Estados Unidos.
Abrid los ojos: ¡¡los chinos compran más iPhone que los estadounidenses!!. Y lo hacen por un sencillo motivo: ¡porque pueden! El viento ha cambiado y la tendencia es imparable. Los chinos seguirán siendo la fábrica del mundo un tiempo. Pero ya no sólo venden. Ahora también son compradores y no se quedan dentro de sus fronteras. Alibabá portagonizó hace unos meses la salida a bolsa más grande de la historia (25.000 M$). Este mes las tropas chinas se han involucrado por primera vez en un conflicto africano para defender sus intereses geopolíticos (aunque aleguen motivos pacifistas).
No deja de ser irónico que el único país comunista de la historia que ha tenido éxito económico lo ha conseguido… gracias al capitalismo y sus dos pilares fundamentales: la propiedad privada y la libertad de comercio.
El gigante ya se ha despertado. Y el mundo se tambaleará.
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