Cada año, con la renovación de los dispositivos de Apple (sucede con el iPhone y ahora también lo podemos ver con el iPad), es realmente interesante ver cómo están construidos, el tipo de componentes que utilizan, su distribución en el reducido espacio que tienen y la comparación con los modelos anteriores. Por ejemplo, las prestaciones son cada vez mayores sin que se reduzca la duración de la batería. En el caso del iPad 2 (pasó lo mismo con el iPhone 4), esto se consigue con una batería que ocupa prácticamente toda la superficie interior del dispositivo:
Así se consiguen las 10 horas de autonomía, a pesar de tener un procesador que duplica la potencia del anterior y de multiplicar por nueve la capacidad gráfica.
Comparándolo con el interior del iPad 1 la diferencia es apreciable:
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Como vemos, el esfuerzo en el diseño del dispositivo no se limita al exterior.
Vía: 9to5Mac
