En los últimos meses ha surgido una polémica entorno a la fabricación de los dispositivos de Apple fuera de las fronteras de Estados Unidos (principalmente en China). La crisis económica no es ajena al país norteamericano y desde determinados medios y grupos de influencia se mira con lupa la forma de actuar de las compañías estatales. Además, dados los niveles de fabricación que necesita Apple, llevar la producción de sus equipos a EE.UU. daría un fuerte impulso a su economía.
Evidentemente, una de las razones principales argumentadas por Apple (en realidad, por cualquier compañía que mueva su producción a China) es que los costes de fabricación allí son mucho más bajos que en Estados Unidos. Un iPad fabricado en EE.UU. podría tener un precio final para el usuario cercano a los 1000$.
Sin embargo, parece que hay otro factor determinante que obliga a mantener la producción en el gigante asiático. En la fabricación del dispositivo se utilizan una serie de componentes químicos cuya disponibilidad está en manos chinas (solo el 5% de su extracción se realiza fuera del país). A pesar de que Apple no indica los elementos que se utilizan en la fabricación del dispositivo, estos podrían ser necesarios para las baterías, la pantalla, los imanes, etc.
Una solución sería comprar los elementos químicos y exportarlos a otro país, pero las leyes chinas obligan a mantener la mayoría de la producción de un dispositivo en el país si se quiere poder exportar los componentes especiales que intervienen en su fabricación.
Apple también fabrica el iPad y el iPhone en las nuevas instalaciones de Foxconn en Brasil (país que, por cierto, también cuenta con importantes recursos minerales). Sin embargo, las todavía altas tasas del país sudamericano hacen que no sea rentable económicamente su exportación a gran escala a otros países.
Vía: Cult of Mac | Imagen: 9to5Mac