La semana pasada os informábamos de que Apple renovaba por sorpresa su gama MacBook Pro con nuevos procesadores de octava generación, más memoria RAM y un teclado en ‘mariposa’ de tercera generación que, teóricamente, debería de solucionar los problemas que hasta ahora este tipo de teclado venía registrando. Pues bien, nuevos problemas para la marca de la manzana, esta vez con el procesador más potente con el que podemos personalizar el nuevo MacBook de 15 pulgadas, el i9 de seis núcleos.
Estos problemas parecen estar relacionados con la alta temperatura que alcanza el procesador y, por ende, el equipo en general, ya que el portátil de Apple falla escandalosamente en la disispación del calor a pesar de su chasis de aluminio.
En la tarde de ayer, el YouTuber Dave Lee publicó un vídeo en su canal donde podemos ver cómo un MacBook Pro de 15 pulgadas con un procesador i9 tiene serios problemas de calentamiento cuando le forzamos a realizar una tarea pesada como la edición de vídeo en 4K.
En el vídeo, Lee nos explica cómo el nuevo modelo 2018 ni siquiera puede mantener su velocidad base de 2,9 GHz, lo que resulta un auténtico sinsentido. Es cierto que Apple no es el único fabricante que tiene problemas de temperatura con sus portátiles, es relativamente normal que en un equipo tan comprimido como es un portátil, la temperatura ascienda y los procesadores no puedan alcanzar su máxima potencia (Apple anuncia hasta 4,8 GHz con Turbo Boost), pero lo que no es de recibo es que ni siquiera pueda mantener su velocidad base.
Y ¿a qué podría deberse este problema con la temperatura en los MacBook Pro? Pues podrían ser dos motivos principales. Por un lado, el diseño del MacBook Pro es cada vez más fino, más ‘slim’, y esto incide negativamente en la ventilación de los componentes, con lo que para evitar problemas derivados del exceso de temperatura es necesario rebajar la velocidad del procesador. Es cierto que el propio cuerpo del equipo, al estar fabricado en aluminio, ayuda a la disipación del calor pero, evidentemente, no es suficiente. Por otro lado, Apple siempre se ha jactado de lo silenciosos que resultan sus equipos, y esto es cierto: tanto los iMacs como los MacBook han sido siempre de los más silenciosos del mercado, pero a costa de regular por software los ventiladores para que entren en funcionamiento a unas temperaturas más altas de lo que lo hacen en los equipos de otras marcas, y no sólo eso, sino a más bajas revoluciones de lo que deberían, con lo que el flujo de aire no es el ideal.
Quizás vaya siendo hora de que Apple se replantee su filosofía, o su diseño, en futuros equipos. No parece muy producente tener un equipo muy potente si no podemos sacarle todo el jugo. Ya lo decía el anuncio: «La potencia sin control no sirve de nada».