En los últimos días, la filtración de que algunas de las empresas más importantes del sector tecnológico han compartido información confidencial de sus usuarios con el gobierno estadounidense ha generado una enorme polémica. Y no solo en aquel país, sino también a nivel de otros territorios como el europeo, donde la UE ya ha solicitado información al respecto.
La Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU. (NSA) dispone de un programa denominado PRISM (enlace Wikipedia) que le permite realizar una vigilancia de los sistemas electrónicos a través de las comunicaciones y de los datos almacenados. La NSA ha venido solicitando en los últimos años esta información a las principales empresas tecnológicas de aquel país.
Apple estaba dentro del grupo de empresas sospechosas de compartir esta información, así que ha publicado una nota de prensa en la que comenta su posición al respecto. La compañía señala que la primera vez que tuvo conocimiento del programa PRISM fue el pasado 6 de junio, cuando las agencias de noticias le preguntaron por ello.
También comenta que, como muchas otras empresas del sector, ha pedido permiso al gobierno de EE.UU. para publicar datos sobre las veces en las que han recibido solicitudes oficiales de información sobre ciudadanos. Según Apple, desde el 1 de diciembre de 2012 hasta el 31 de mayo de 2013 han recibido entre 4.000 y 5.000 peticiones de agencias del gobierno solicitando información sobre usuarios. El objetivo de estas consultas es obtener información que ayude a esclarecer robos y otros delitos, en la búsqueda de niños que se han perdido, localización de enfermos de Alzheimer o para la prevención de suicidios. El departamento legal de Apple es el responsable de atender las solicitudes, evaluar cada una de ellas y, en caso de ser necesario, entregar a las autoridades la cantidad de información necesaria para su resolución. La compañía también asegura que se han rechazado algunas de estas peticiones.
Finalmente, Apple insiste en la importancia que tiene para la compañía la protección de los datos de los usuarios, poniendo ejemplos de información que no pueden entregar a las autoridades porque, sencillamente, no quedan registrados. Entre otros, las conversaciones que se realizan entre dispositivos iOS (y OS X) vía Mensajes o FaceTime, ubicación de los usuarios, búsquedas en mapas y peticiones a Siri. Recordemos que Apple ha ido introduciendo mejoras en la gestión de la seguridad en las últimas versiones de iOS.
La verdad es que se trata de un asunto bastante complicado y en el que todavía están por ver las consecuencias que tiene, tanto a nivel gubernamental como de las empresas que han colaborado entregando la información solicitada. Estas empresas están en una situación complicada. Por un lado, tienen que velar por la seguridad de la información que guardan de sus clientes. Por otro, están en deuda con el gobierno estadounidense que, sobre todo bajo el mandato de Obama, ha contribuido a potenciar su desarrollo.