El título del artículo iba a ser más largo en realidad, añadiendo: «o cómo es posible equivocarse una y otra vez». Pues en eso parece que llevan los «expertos» empeñados, no años, sino décadas, con Apple. También predijeron la inevitable irrelevancia de la empresa una vez fallecido Jobs. Y siguen insistiendo una y otra vez machaconamente en demostrarnos que sí, es posible equivocarse una y otra vez, y seguir intentándolo sin descanso. Es como aquello de que «hazlo muchas veces y alguna de ellas acertarás». Ya. El problema es que como decía Einstein, hacer las mismas cosas una y otra vez y esperar un resultado diferente es una medida de la locura.
IDC, que como habitualmente no da pie con bola, interpreta cifras como le da la gana. Según sus «estudios», el iPad perderá de aquí al 2019 más de 4% de cuota de mercado, mientras que Android crecerá y crecerá hasta el infinito y más allá… El problema con esta interpretación de las cosas es que, como suele ser habitual, es sesgada y confusa, y suele dar como resultado errores de apreciación y fracaso en la toma de decisiones. Podéis leer el artículo aquí (en inglés) para más señas, pero os aviso que, como suele este tipo de informes de empresas como esta, son áridos y aburridos hasta decir basta. Y encima para no dar lo que se dice ni una.
Como decía, básicamente es la misma falta de apreciación de siempre. Precios más altos, ventas más bajas. El iPad se actualiza poco y la gente no ve la necesidad de comprar más. Habitualmente, los «analistas» sólo se basan en los números brutos para derivar sus informes, y eso es un gran error. El iPad es un aparato que no es sólo un dispositivo independiente (como sí pasa en Android): está integrado en un ecosistema mayor de dispositivos que funcionan muy bien entre ellos. Incluso con el margen tan alto de integración que tienen actualmente los dispositivos de Apple, aún pueden profundizar más en ellos. Pero además, la cuestión principal a la que nos enfrentamos en el futuro del iPad es de un ratio aún mayor. Se comenzó a decir al salir el iPhone que «seguro que hay una aplicación para eso». Podemos afirmar con el iPad que «seguro que existe una utilidad para él». Ahora mismo vemos extraño o absurdo (aunque cada vez menos) que se use un iPad para trabajar en una oficina (o fuera de ella), que los niños estudien o la gente se lo lleve para leer el periódico mientras se toma el café en cualquier sitio (bueno, eso ya lo hacen habitualmente en EEUU). Pero es que esas utilidades serán seguramente el pan nuestro de cada día dentro de no más tarde de 5 años. Y sí, es cierto que hay más modelos de tabletas en el mercado, pero ninguna puede llegar al nivel del iPad en ese sentido. Explicaré por qué.
El problema de los analistas con Apple (algo que Jobs cultivó muy bien, jugando brillantemente al escondite con ellos) es que por algún motivo, no entienden lo que hacen. No entienden el concepto que Jobs creó para Apple, y eso genera errores de apreciación tan grandes como el de este informe. Jobs no se basaba en el número de ventas (muchas veces él mismo se quedó sorprendido por lo que vendieron el iPhone o el iPad en su día), sino en crear una experiencia tecnológica completa. Muchos analistas todavía se resisten a ver la muerte del PC compatible porque si eso pasa, medio mundo se derrumbaría a sus pies. Siguen dando expectativas de que las tabletas no pueden triunfar porque si lo hacen, si mínimamente dejan correr libremente la idea post-PC, sus principales clientes informáticos se tirarían por las ventanas. El iPad fue el que inició el proceso aunque no su precursor, ya que el PC compatible venía degenerando poco a poco desde tiempo antes por culpa de Windows y los estándares, fundamentalmente. Ya hacía tiempo que se había convertido en un medio decadente que no evolucionaba. Alguno dirá que eso supondría la muerte también de los ordenadores de Apple. Como pudimos ver el otro día en la keynote, ni por asomo.
Apple no fabrica dispositivos. Fabrica experiencias. Y como eso no se puede medir, tiene a todo el mundo confundido. Es normal. Pero lo que no es normal es que continuamente se esté matando al iPad porque vende menos que la competencia (y eso en las cifras globales, en EEUU por ejemplo tiene la mayoría absoluta, o decir que iOS es un sistema muy limitado para trabajar (si pongo aquí la lista de apps de productividad que son líderes en sus sectores tendría que dedicar varios artículos). Los niños aprenden en un momento a usar una tablet antes que un PC, y ellos crecerán con esos dispositivos bajo el brazo, siendo su próximo ordenador personal. Los que insinúan que no se pueden hacer las mismas cosas con un iPad que con un ordenador es porque están tan resentidos porque se les está escapando su trozo del pastel que sólo pueden hacer ataques ad hominem sin fundamento. Es cierto que siempre habrá cosas que se harán mejor en un ordenador, como programar, y algunas funciones que necesitan cierta «apertura de miras» (literalmente), y por supuesto, utilidades como un servidor no tienen sentido en un aparato de este tipo, pero dado que ya se han grabado películas con un iPhone, imaginad lo que se puede hacer para montar o mezclar en un iPad… Las creaciones artísticas se cuentan por miles y cada día más utilidades se le presentan, como poder utilizarlos para presentar cartas interactivas de restaurantes, entre otras.
Amigos y amigas. No so dejéis deslumbrar por las cifras ni los estertores de los que ya no saben qué hacer con su vida (tecnológica). No sólo el iPad, sino las tabletas en general, tienen un gran futuro. Pero no es el que ellos piensan. Yo mismo he estado usando mi iPad como ordenador de trabajo durante mucho tiempo, haciendo prácticamente casi todo lo que se puede hacer menos programar. Decir que el iPad es el eslabón más débil es simplemente una huida hacia adelante de una industria que ya no sabe donde meter la cabeza. Tengo la impresión de que todavía nos quedan muchas y curiosas cosas que experimentar en los próximos años. Y algunas vendrán de la mano de nuestra tableta favorita.
