Está pasando. Si no fuera por lo absurdo de la noticia en si que abordaremos a continuación, esto podría pasar como otra noticia más de la posverdad anti-Trump. Pero no. Ha tenido que ser este señor el que, atención, ordene la finalización de todo trabajo relacionado con el efecto del año 2000. Sí, amiguitos: 17 años más tarde, el gobierno estadounidense aún seguía realizando trabajo específico de este tema. La burrocracia es lo que tiene…
Pues así es: Trump ha ordenado que no se continúe trabajando en el efecto 2000 en USA. Pero hagamos un poco de memoria para entender todo esto: a mediados de los noventa saltó la voz de alarma porque en determinados ámbitos alguien se había dado cuenta de que al llegar al año 2000, todo se iba a ir al garete porque debido a un supuesto fallo (más que nada una limitación técnica) con las fechas en los sistemas informáticos de entonces, el conteo de fechas se resetearía a cero y, si leías o escuchabas a según y quien, todo iba a explotar en un inmenso cráter tecnológico de dimensiones cósmicas. En realidad, no era del todo cierto. Los únicos sistemas afectados eran aquellos que hacían el cálculo de fechas con el año usando las dos cifras finales (00) en vez del año completo de cuatro cifras (2000). En las aplicaciones que funcionaban así, los años estaban referenciados al siglo XX (1900), con lo que más que resetearse, lo que pasaría es que nunca se iban a poder referenciar correctamente las fechas en el siglo XX o en el XXI.
¿Qué había sistemas que estaban así de mal programados? Programadores disolutos han habido siempre, y gente poco aplicada en todo ámbito laboral también. Pero eran una minoría. En general, cualquier aplicación que use las primitivas de fechas del sistema operativo, ya sea un tipo Unix o Windows, funcionaría perfectamente bien en términos de cálculos de fechas. El problema lo tenían fundamentalmente las bases de datos que habían guardado las fechas con años de dos cifras en vez de cuatro, lo que en aquel entonces ya era un minoría. Efectivamente llegó el 2000 y aquí no pasó nada. Algunas empresas tuvieron que cambiar su programación y se acabó, aquí paz y después gloria. Pero los humanos somos fáciles de asustar, y al gobierno de los USA nunca le ha costado gastar dinero inútilmente, y todavía se estaba dando la situación, por ejemplo, de que en el Pentágono, cada vez que se compraba material a un distribuidor menor externo, tenía que hacerse un informe sobre este tema. Insisto: 17 años más tarde.
Todos sabemos de la ineficiencia sistémica de las burocracias estatales, no es una novedad. Pero esto tiene el añadido de que tras tres lustros, un gobierno supuestamente avanzado como el americano seguía tomando medidas por un hipotético efecto que realmente nunca tuvo trazas de producirse, y menos en el software de las administraciones públicas. En el caso mencionado del Pentágono, se gastaban 1.200 horas anuales por cada persona que tenía que realizar ese trabajo extra inútil. Estamos de acuerdo en que hay que ser cuidadosos, pero uno se pregunta para qué hacía falta un informe sobre el Y2K para contratar material a un pequeño proveedor externo. Entiendo que haya que hacer otros controles, pero ¿y éste? Es evidente que tienen que cambiar muchas cosas en la gestión administrativa gubernamental, que al fin y al cabo es la que nos afecta a todos en alguna medida. El asunto es que esto ha saltado a la palestra ahora y en ese país, pero no quiero ni pensar la cantidad de ineficiencias que se producen continuamente en los sistemas administrativos que pagamos entre todos con nuestro dinero.
¿Puede volver a producirse un efecto 2000 en el futuro? Pues sí, por poder pasar, podría ocurrir: debido a la configuración general de fechas usadas desde la extensión de los sistemas Unix en los 70, hay un pequeño problemilla: las fechas se calculan sobre la base de un número de 32 bits con signo, lo que da un rango de fechas entre el 1 de enero de 1970 y el 19 de enero de 2038. A partir de ese momento, se reseteará y, teóricamente al menos, volveríamos a 1970 en lo que se refiere a este cálculo de fechas concreto. Y aquí volvemos a lo mismo: en la actualidad, la gestión de fechas se realiza con librerías que ya usan números de 64 bits para los cálculos, lo que implica que no sólo más del 90% de los sistemas y aplicaciones están actualizados para una gestión de fechas adecuado al futuro, si no que para ese entonces (dentro de veinte años), ya prácticamente no quedarán sistemas con este problema en funcionamiento. Pero aún así os aseguro que los medios de comunicación entrarán en pánico, los gobiernos nos bombardearán con una crisis tecnológica brutal y nosotros nos lo volveremos a tragar. Aunque espero que en 20 años no nos hayamos vuelto tan idiotas, la verdad…