A estas alturas es absurdo retomar la discusión sobre si Steve Jobs tenía o no razón al afirmar que vivimos en la era post-PC. No es que el iPad y el resto de tabletas puedan sustituir completamente las tareas que realizamos con un ordenador, pero sí es verdad que han cambiado la forma de trabajar con ellos.
De hecho, a nivel doméstico, es cada vez más habitual pasar la mayor parte del tiempo frente a la tableta, dejando de lado el ordenador, que solo se usa para actividades muy concretas. Lo mismo puede pasar en el terreno laboral, donde muchas empresas se decantan por estos dispositivos para equipar a sus empleados, sobre todo los que necesitan movilidad.
Esta tendencia se ve reafirmada comparando las cifras de ventas de ordenadores y de tabletas. O, siendo más precisos, las de distribución de cada tipo de dispositivo.
Según un estudio publicado por IDC, este año se distribuirán 229,3 millones de tabletas, con un crecimiento del 58,7% frente al año pasado. Los portátiles, por su parte, continuarán con un crecimiento negativo, un dato que se produce por segundo año consecutivo. Lo sorprendente (o, quizás, ya no tanto) es que las tabletas también superarán a los PC (portátiles y sobremesas) en 2015.
Este logro, por supuesto, no es mérito exclusivo del iPad. En los últimos meses hemos visto la llegada de diferentes modelos de tabletas con Android a precios reducidos que, sin duda, han contribuido a esta tendencia. También la “aceptación” de las pantallas de 7” como grandes protagonistas del sector.
El mayor problema, en este caso, lo puede tener Microsoft, que de hecho ya ha visto cómo las ventas de Windows 8 no están cumpliendo sus expectativas iniciales, en parte porque los usuarios ya no renuevan con tanta “alegría” sus ordenadores, decantándose en su lugar por algún modelo de tableta.
Vía: TUAW
