Por fin la semana acaba y, como es habitual, en iPaderos lo hacemos con nuestro Domingo en el sofá, la sección donde podrás encontrar noticias que se salen de nuestra tónica habitual y, casi siempre, con una buena pizca de humor, curiosidades y entretenimiento.
Todos nacemos con un potente ordenador integrado en nuestro cuerpo: el cerebro. Siempre se ha dicho que se trata de un procesador capaz de gestionar datos a una velocidad apabullante, pero si lo comparamos con un ordenador al uso, ¿Qué cifras obtendremos?
Desde Hipertextual nos cuentan que, traduciendo las características de nuestro cerebro a unidades propias del mundo de la informática, las cifras obtenidas son de escándalo. La memoria estaría entorno a un petabyte, es decir, mil terabytes. Una locura.
En cuanto a la velocidad se refiere, cada neurona tendría una frecuencia entorno a 1 kilohercio. Al estar formado el cerebro por más de mil millones de neuronas, obtendríamos una suma total de mil gigahércios. Comparado con un procesador normal de cualquier ordenador, con una frecuencia entre 1,5 y 3 gigahércios, volvemos a obtener una cifra de escándalo. Podríamos afirmar, conociendo estos datos, que el cerebro humano es el ordenador más potente del mundo.
Dejando a un lado el cerebro humano y volviendo al mundo de la tecnología, seguro que muchos recordáis las críticas hacia Apple en el lanzamiento del iPhone, porque la batería no era intercambiable. En la «época de los Nokia», amén de baterías que duraban hasta una semana, las baterías de los dispositivos podían ser cambiadas por el usuario en apenas 15 segundos, por lo que si se utilizaba mucho el teléfono móvil no era descabellado portar una batería de reserva por si acaso. Pues hoy en día, el número de terminales vendidos con batería intercambiable se ha reducido hasta el punto de que hay más dispositivos a los que es prácticamente imposible cambiar la batería en casa y sin herramientas.
Como vemos en la gráfica superior, cortesía de Hipertextual, a finales de 2015 ambos tipos de dispositivos se vendieron en la misma proporción, con una tendencia clara a la venta de, cada vez más, dispositivos con batería fija. Está claro que, con la expansión de los power banks (baterías externas) que nos permiten cargar nuestro móvil hasta tres veces, paliamos parcialmente ese problema, y digo parcialmente porque además de pesar más que una batería normal, nos obliga a llevar encima también un cable para realizar la carga. Por el lado contrario, la implementación de baterías fijas ha conseguido hacer dispositivos cada vez más delgados.
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