Hace un tiempo “predije” que la política y la tecnología iban a tener que bailar juntos obligados por las circunstancias. La política no deja de ser arte de lo posible, y el problema es que la tecnología es hoy día, obviamente, “lo posible”. Y a veces les gusta bailar y a veces no…
Hemos sabido que Apple ha pagado en el último trimestre algo así como 2,2 millones de dólares para hacerle bullying, digo lobbying, a Trump, y esto es sólo la punta del iceberg. Es bien sabido que empresas como Microsoft, IBM, Amazon y tantas y tantas multinacionales tecnológicas pagan gustosas aportaciones a las campañas de los candidatos a la presidencia, y muchas veces también a congresistas y senadores clave que pueden ayudarles en sus iniciativas legislativas. En USA es tan común que de hecho es algo que quieren exportar también a la UE. Sin meterme a valorar si es un buen sistema o no (un poco corrupto sí parece), el hecho es que es una práctica totalmente regulada en el país yanqui y por supuesto, los de la manzana meten caña para atraer a los políticos a sus intereses. Pero de momento, no se sabe muy bien si están gastando el dinero (más de 1,4 millones se gastaron el trimestre anterior) para su propio beneficio o para el de Trump.
Foxconn está considerando seriamente ya abrir una fábrica en EEUU para la producción de Apple, en respuesta a la insistente demanda del presidente americano de que empresas estadounidenses traigan su producción al país desde China, por ejemplo. Apple necesita estar a bien con Trump porque actualmente las divisas que tiene la manzana en todo el mundo son escandalosas… Pero los trapicheos que tienen que hacer para nacionalizarlas son también muy costosas. Encima de la mesa está el trato de que se puedan llevar esas divisas en metálico a USA con unos impuestos mucho más favorables que los actuales a cambio, obviamente, de que Apple traiga buena parte de su producción a USA, que obviamente es lo que le interesa a Trump. Los dos quieren algo y pueden dárselo mutuamente, así que lo más probable es que lleguen a un acuerdo ventajoso.
El “lobbying” va mucho más allá (hasta hay una página en Wikipedia que habla extensamente sólo de eso). El tema de las patentes es uno de los principales caballos de batalla, con las posibles reformas que podrían perjudicar a los grandes del sector como IBM u Oracle (sin olvidarnos de Apple, claro, que otra cosa no, pero patentar patenta como nadie…).
Todos conocemos los famosos follones que han tenido tanto Apple como Microsoft o Google con la política. En el caso de Apple ha sido más por función, pero en el caso de Microsoft y Google, han sido pleitos por monopolio que realmente han llegado a unos límites absurdamente grandes (Microsoft con el caso del Explorer en Windows y Google por prácticas monopolísticas en Europa y también por temas diversas relativos a los contenidos, como el famoso “derecho al olvido”). Estas empresas han tenido que enfrentar en ocasiones multas millonarias porque digamos que causaron ciertos problemas “políticos” que sólo el dinero podía resolver… Cuando no caes bien al cacique de turno, tienes que tener mucho dinero para satisfacer sus demandas, ganes o no. En el caso de Microsoft la derrota no sólo supuso un gran desembolso de dinero, sino tener que dar ejemplo, siendo obligados a dar a elegir si querías instalar Explorer u otros navegadores en Windows. Particularmente creo que fue todo excesivamente exagerado, pero dada la preeminencia de Windows y Microsoft en el PC, no estoy seguro de lo correcto que es estar a un lado o a otro de la mesa. Al final todo esto suele ser cuestión de opiniones, pero al final gana el que logra imponer más fuerte su opinión…
La tecnología pudo esquivar a la política cuando aún era algo tangencial y poco impactante para el mundo en general. Pero Internet lo cambió todo al globalizar y democratizar lo digital, y ya sabemos que cuando se democratiza algo tiene que haber alguien que dirija esa democracia. Lo de que la gente se gestione sola es algo así como un mito, por lo que parece. Ahora mismo, las tecnológicas saben que deben incluir a los políticos en sus cuentas de resultados, y eso es algo que puede afectar en gran medida a los usuarios/ciudadanos. Bueno, eso cuando los “usuarios” no son el producto, ¿verdad?