El iPad es el Mal

Así, en mayúsculas, para que se note más. Sí, la RAE deja claro que, a diferencia del inglés, en español los titulares no se escriben con las iniciales en mayúsculas. Pero es que así podemos expresar con total claridad lo malévolo que es el iPad.

¿Qué ha hecho que nos demos cuenta, por fin, de esta realidad? La verdad es que ha sido un cúmulo de circunstancias, muchas noticias publicadas en el mismo sentido. Y ya sabemos que cuando algo se repite muchas veces, al final se termina convirtiendo en verdad. Aunque sean pequeñas e inofensivas mentirijillas.

Uno de los primeros indicios de que el iPad es la reencarnación del mal lo podemos ver ya en la cadena de producción del dispositivo. La compañía asiática Foxconn se encarga de ensamblar los millones de unidades de la tableta que Apple le encarga cada año. Y, tristemente, sabemos que las condiciones de trabajo en estas fábricas no son las mejores que podemos encontrar. Sí, Foxconn también trabaja para Sony y otras importantes compañías. Pero, al parecer, la explotación solo se da en las líneas de montaje del iPad. Que también es mala suerte tener trabajo en China y que te toque justo fabricar el iPad.

Por cierto, la semana pasada se supo que Samsung había detectado abusos laborales en un proveedor chino. Afortunadamente, tanto para los empleados como para Samsung (sobre todo para ella), la empresa coreana reaccionó rápidamente cortando cualquier vínculo con el fabricante. Una decisión que apareció en prensa casi antes que la noticia original. Desde luego, no hay nada como un buen departamento de prensa y unos medios de comunicación respetuosos con la mano que les da de comer.

También la semana pasada conocimos que China había criticado al iPhone por registrar constantemente la información de ubicación del usuario. La compañía estadounidense se ha defendido asegurando que esta opción viene inactiva por defecto (la tiene que habilitar el usuario) y que en ningún caso se envía a los servidores de Apple ninguna información sensible del usuario. Añade, además, que su negocio no se basa en explotar la información del usuario con fines comerciales.

Sorprende esta preocupación por la privacidad en un país como China y damos por hecho que se planteará una crítica similar a Google quien, recordemos, sí que utiliza nuestros datos con fines comerciales. Aunque, claro, igual lo hace por nuestro bien.

Pero, si hasta ahora no hemos conseguido convencerte de que el iPad es el Mal, espera a leer estas dos noticias que han llegado hoy.

Por un lado, según un artículo publicado por el Washington Post, el iPad podría ser el causante de las erupciones cutáneas que sufre un niño en California. El pequeño es alérgico al níquel y, aunque el artículo reconoce que este elemento está presente en multitud de objetos con los que estamos en contacto en el día a día, todo parece indicar (publicación en Pediatrics incluida) que la culpa es del iPad. Que sí, que el chaval presenta un largo historial clínico de problemas en la piel, pero todo se ha complicado con la llegada del iPad a su casa.

El artículo del WP continúa con una concienzuda investigación consistente en una búsqueda rápida en internet (suponemos que vía Google) que demuestra que un gran número de usuarios ha tenido problemas cutáneos similares por el uso de dispositivos electrónicos. De todos estos casos, el periódico elige uno, probablemente al azar, de una señora con un iPhone. También es casualidad.

La segunda noticia es más dramática. El New York Post informa de la muerte de una señora (esperamos que no sea la misma que la del iPhone) atropellada por el metro cuando intentaba recuperar un iPad que se le había caído a la vía. No sabemos si la intención de mencionar el modelo del dispositivo es demostrar lo (supuestamente) mal que se sujeta o que si la pobre víctima hubiese tenido una tableta Android de marca blanca no habría intentado recuperarla.

Y es que, a veces, parece que cualquier cosa vale cuando buscamos titulares impactantes. Sobre todo en épocas como la actual, en la que, desgraciadamente, las noticias interesantes de Apple destacan por su ausencia. La compañía ha establecido un ritmo de renovaciones actuales que deja muchos periodos en blanco en el calendario. Y, claro, con algo tenemos que rellenar (ojo, nos pasa a todos).

Lo malo es cuando se pierde la objetividad. Cuando destacas las malas condiciones de trabajo en las fábricas que producen el iPad (o el iPhone, o cualquier dispositivo de Apple) pero no las de los demás. O deduces que el iPad puede provocar erupciones cutáneas en niños con un muestreo de un paciente y una búsqueda en internet.

Pero bueno, como ha quedado demostrado, el iPad es el Mal. Y Apple, que lo comercializa con quién sabe qué oscuras intenciones, es todavía peor. Y en esas estamos. Esperando que llegue iOS 8.