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Apple Music y sus consecuencias (futuras)

Fue el «One more thing» de este año (sinceramente, algunos esperábamos que fuera el Apple TV, qué se le va a hacer…) y aunque a primera vista parecía simplemente un Spotify un poco más cargado, en realidad deberíamos ver las posibilidades futuras que este nuevo servicio va a tener en los usuarios o no usuarios de la marca. Y en parte estas consecuencias están relacionadas con los nuevos aires de «libertad» de la marca.

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Hace un tiempo Apple decidió que cualquier persona pudiera tener un Apple ID, incluso si no has adquirido uno de sus productos. Es decir, que puedes usar las funciones de iCloud (limitadamente, eso sí) aunque no tengas uno de sus cacharros. Durante la keynote se presentó un producto que podrá usarse en cualquier aparato, no sólo en los de la marca, sino también en Windows y Android. ¿Veis la conexión? Una cosa no puede ocurrir sin la otra, con lo que esta nueva estrategia lleva tiempo encima de la mesa y posiblemente va a tener posibilidades que mas adelante puede conseguir afianzar aún más el imperio de la manzana en todo el mundo.

Spotify es un servicio que, resumiendo mucho, hace básicamente lo mismo que Apple Music (exceptuando Connect, el apartado que permite a artistas y usuarios relacionarse en el nuevo servicio de Apple). Spotify tiene 20 millones de usuarios de pago (60 si contamos los gratis), aproximadamente, en todo el mundo. Probablemente también tienen el mismo catálogo o muy parecido al de Apple (recordemos que llevan más de 12 años vendiendo música con iTunes). Pero lo que no tienen es la base de usuarios tremendamente fiel de Apple. Los de Cupertino gestionan una empresa que es capaz de vender cerca de 60 millones de iPhones en un trimestre. Con cerca de mil millones de iDevices por el mundo (sin incluir Macs) y una apariencia de marca (este año han superado a Google en imagen de marca, cosa que ocurre alternativamente entre las empresas año tras año), competir contra un gigante así que se mete en tu mercado tiene que dar, cuanto menos, sudores fríos…

En términos globales, está dinámica afecta a otros servicios no específicamente iguales a Spotify, como Rdio y Pandora, que están muy bien situados en USA y tienen muchos millones de usuarios también. Pero el hecho del atractivo de la marca, de su calidad y no ser necesario tener un aparato de Apple para usarlo (lo que constituye a Apple Music como el primer producto realmente de la marca en dar este salto fuera del jardín) hace que, de partida, además de los millones de usuarios fieles a la marca que pueden estar (y están) interesados en el producto, otros muchos millones puedan estar de hecho impelidos a utilizarlo en igualdad de condiciones, lo que además es un trampolín para que esos usuarios conozcan una marca que hasta ahora les ha parecido, en el mejor de los casos, «elitista». Todo esto puede, y de hecho es probable que haga, tambalear un mercado en el que las discográficas y multinacionales de la música van a tener que empezar a hacerse a la idea de que no puede ser de otra forma. Les venga bien o mal.

Y por último, uno de los damnificados, aunque sólo sea de pasada: el iPod se ha descolgado del menú de la web y va perdiendo posiciones en importancia en Apple. Personalmente considero que es un gran producto con muchas posibilidades si se le da una oportunidad. El iPod Touch es básicamente un iPhone recortado y sin funciones de teléfono, lo que de hecho suple muchas necesidades, por ejemplo entre los más pequeños y entre personas que no requieren un teléfono en su vida cotidiana. Suponemos que seguirá teniendo vida (iOS 9 funciona en la quinta generación) y que es probable que sigan sacando alguna versión más.

Apple Music va a suponer cambios. Ya no sólo en Apple. Va a suponer, como supuso hace casi 15 años con el propio iPod, otra revolución de la música digital. Y no porque el producto sea novedoso, ni original. Sino porque lo hace Apple. Esto lleva siendo así años y años y vuelven a repetir la misma fórmula una y otra vez con idéntico resultado. Empieza a ser un poco déjà vu, la verdad, pero para los que seguimos con interés la evolución de la tecnología, no deja de sorprendernos su capacidad de romper todo y hacerlo nuevo con cada cosa que tocan. Veremos en cuantas piezas se hace añicos ahora todo esto.

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