Por fin la semana acaba y, como es habitual, en iPaderos lo hacemos con nuestro Domingo en el sofá, la sección donde podrás encontrar noticias que se salen de nuestra tónica habitual y, casi siempre, con una buena pizca de humor, curiosidades y entretenimiento.
Los retrovisores, ese gran conocido que tenemos todos en el coche. Vienen genial a la hora de hacer maniobras, pero tienen un pequeño pero, y es el ángulo muerto. Ese espacio ciego que no ves por mucho que mires a través de él, el cual por mucho que lo regules no desaparece. Hoy en día, con toda la tecnología de la que disponemos, no sería un disparate proponer reemplazar los retrovisores por unas mini cámaras y unos pequeños monitores en el habitáculo. De hecho, Japón ya ha dado luz verde para ello.
Nos lo cuentan desde Motorpasión, donde nos muestran uno de los últimos prototipos de Porsche, el Mission E. Este «concept» cuenta con dos cámaras exteriores, sustituyendo a los espejos tradicionales, cuya imagen se proyecta en las esquinas inferiores del parabrisas.
Las ventajas de este sistema son claras. Se prescinde de dos de los elementos que más penalizan al coche desde el punto de vista de la aerodinámica, y además se consigue una imagen mucho más nítida, clara, con mejor calidad en condiciones adversas y con mayor ángulo de visión. Pronto empezaremos a ver modelos de producción con este sistema, y si no, tiempo al tiempo.
Si eres seguidor del mundo del automovilismo, y en concreto de la Fórmula 1, sabrás que la cámara que más sensación da es la subjetiva, es decir, la más cercana a la vista del piloto. Pero hasta ahora, nunca se había conseguido grabar de forma exacta lo que ve un piloto. Gracias a Niko Hülkenberg y su equipo, Force India, los reporteros de Sky Sports han conseguido grabarlo con unas gafas inteligente. Pero además de grabar, las gafas analizan hacia dónde mira el piloto en cada momento, así como su tiempo de reacción.
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Llama la atención lo atareado que está el ojo humano, y lo rápido que enfoca en distintos puntos constantemente. Todo esto, sin un procesador tan potente como el cerebro humano, sería imposible. Su tiempo de reacción en una salida desde parado es alucinante, menos de una décima de segundo, y una vez en pista su visión se focaliza en los vértices, pues no mira a otro sitio. Tan solo mirando a los puntos de las curvas, sabe que va a marcar un buen tiempo o no, y todo ello gracias a la visión periférica.
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