Que los productos Apple no son fáciles de reparar es evidente: el hardware está tan integrado y metido a presión que meter algo en medio de todos los componentes es casi imposible… Afortunadamente los técnicos de la Genius Bar controlan que es una maravilla, pero los chicos de iFixit lo han dejado claro: es bastante difícil de reparar.
iFixit ha destripado el iPad Pro como si no hubiera un mañana y se han encontrado con un sistema muy altamente integrado, con una placa base minúscula flanqueada por dos enormes baterías y con varias sorpresas, como por ejemplo que la batería no está soldada, con lo que es perfectamente posible cambiarla si se tiene cierta habilidad, y que la pantalla LCD y el panel frontal están unidos, con lo que la apertura del aparato se ha hecho más cómoda respecto a modelos anteriores. Si sois forofos del bricolaje electrónico, echadle un vistazo al informe porque no tiene desperdicio.
En otro orden de cosas, unos análisis comparando distintos modelos de iDevices y el Microsoft Surface Pro 4 han dado varias conclusiones interesantes sobre el nuevo aparato. La siguiente gráfica nos muestra una comparativa entre distintos modelos que nos da información bastante interesante:
Así de primeras, para poder tener la misma potencia que un iPad Pro de base (el más pequeño, de 799 dólares) necesitamos gastarnos 1.299 dólares para comprar el Surface Pro de 3 Ghz, que sería el equivalente en cuanto a rendimiento de procesador, con lo que a efectos prácticos estamos hablando de 500 dólares más a lo tonto… Luego obviamente uno tiene que elegir entre iOS o Windows 10, pero es mucho dinero sólo por eso… Lo cierto es que la Surface se vende con Stylus y el Apple Pencil no va incorporado, pero aún así la diferencia es bastante importante (y seamos sinceros, los usuarios de Apple estamos acostumbrados a no usar adminículos más allá de nuestros dedos, así que excepto para los artistas, el lápiz no es especialmente importante, excepto si vas a dibujar, claro…).
Naturalmente, el sistema operativo es importante. iOS es un viejo compañero aparecido en 2007 y que podrá gustar más o menos, pero es parte fundamental de la experiencia de usuario de los dispositivos Apple. Muchas apps todavía no soportan las nuevas posibilidades de iOS 9, como el multitasking y la pantalla partida, con lo que esperemos que en los próximos meses ese hueco se vaya llenando de forma importante para cubrir la demanda que se espera por parte del iPad Pro. Cosas como que el lápiz no tenga tapa o que todavía hay ciertas funciones un poco lentas y frustrantes pueden fastidiar un poco la experiencia de usuario, así que esperemos que desde Cupertino las vayan solucionando con el tiempo. Pero lo que es evidente es que se abre una nueva guerra entre Apple y Microsoft (Android todavía no tiene un aparato de las características de estos dos «gigantes»), y promete ser entretenida. Y la guerra entre sistemas, también. Eso seguro. De la capacidad de imponerse en el mercado entre iOS y Windows 10 puede depender la supervivencia del mundo de las tablets y los convertibles los dos próximos años.
Sé que soy pesado pero es que recalcáis que un surface con la misma potencia cuesta 500€ más sin contar que tiene 256 Gb de memoria vs 32 Gb y 8 Gb de Ram vs 4 Gb.
Y que tiene prácticamente la misma potencia que todo un MacBook Pro, que es la liga en la que realmente juega y no la del iPad Pro, por mucho que les duela a los ipaderos.