El titular es llamativo. Pero la cosa no mejora si te decimos que Google, Microsoft y Yahoo también pueden leer tus mails personales sin que lo permitas, e incluso sin que lo sepas.
La noticia ha saltado ahora cuando se han desvelado los detalles del arresto de Alex Kibkalo. Este exempleado de Microsoft está acusado de filtrar en 2012 el código fuente de versiones preliminares Windows 8 a un blog francés, que publicó algunas capturas del mismo. Aquello tuvo mucha repercusión porque en aquel momento no se sabía nada de este nuevo sistema operativo. Al margen del delito cometido, lo que ha encendido las alarmas ha sido el modo en que Microsoft descubrió el pastel. Lo consiguió entrando, sin permiso, en la cuenta de Hotmail del bloguero francés e identificando inmediatamente a la persona responsable de la filtración que le había enviado la información sensible por mail.
Lo peor de todo es que esta actuación es legal ya que está específicamente recogida en las condiciones de uso de Hotmail. Según dichos términos pueden leer tus mails si entienden, bajo su propio criterio, que es «necesario para proteger las propiedades de Microsoft«. Una expresión ambigua que deja en una total indefensión al usuario. Independientemente de que sea o no legal, leer nuestros mails privados supone un ataque frontal a nuestra intimidad y significa un abuso de poder que hace temblar a todos los que usamos el mail a diario para enviar información confidencial, tanto personal como profesional.
Y la cosa no queda ahí. A cuenta de este asunto The Guardian ha leído los términos y condiciones de otros proveedores de mail y ha descubierto que Apple, Google y Yahoo incluyen cláusulas casi exactamente iguales que la de Microsoft. Eso quiere decir que al darnos de alta en uno de sus mails, estamos dando permiso para que lo cotilleen, siempre que ellos entiendan unilateralmente que les sirve para proteger sus «derechos» y «propiedades«.
Y es que ni siquiera cuando instalamos y usamos software de empresas reputadas podemos estar tranquilos al darle al botón «Acepto» que colocan al final de esa interminable lista de términos y condiciones que no se lee nadie (bueno, casi nadie…). Si eres de los pocos que las leen, tienes que saber que podrías ganar 1000 dólares o incluso salvar tu alma.
Vía: The Guardian