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Las aplicaciones olvidadas

Cada vez que Apple lanza una nueva versión de iOS (salvo las denominadas menores, que se limitan a corregir errores sin introducir nuevas funcionalidades), los desarrolladores actualizan sus aplicaciones para adaptarlas a la nueva versión e intentar sacar el máximo rendimiento a las características añadidas por el sistema.

App Store

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Quizás el ejemplo más claro lo tengamos en los meses que siguieron al lanzamiento de iOS 7, con avalanchas de actualizaciones casi diarias, aunque en este caso más centradas en el apartado gráfico que en el funcional. El cambio de interfaz fue tan drástico, que dejar una aplicación sin actualizar manteniendo el aspecto de iOS 6 generaba automáticamente en el usuario una sensación de app desfasada e incluso abandonada por sus desarrolladores.

Apple obligó a los desarrolladores a optimizar sus aplicaciones para iOS 7 antes del 1 de febrero de 2014, lo que en muchos casos sirvió para eliminar código de versiones anteriores de iOS que lo único que hacía era aumentar el tamaño de las app.

Tapbots se olvida del iPad…

Sin embargo, esa optimización para iOS 7 no se trató de igual forma por todas las empresas de desarrollo. De hecho, hay aplicaciones que todavía mantienen elementos gráficos anteriores a iOS 7. Seguramente el ejemplo más evidente sea el de Tweetbot, uno de los mejores clientes de Twitter para iOS, que cuenta con versiones diferentes para iPad y para iPhone. Y aquí es donde se ve claramente el olvido de una aplicación.

Tweetbot

Tapbots lanzó la versión 3 de Tweetbot para iPhone en octubre de 2013, con una interfaz completamente renovada, cambios funcionales e incluso un nuevo icono. Diez meses después, la aplicación para iPad sigue en la versión 2.x (concretamente, la 2.8.9), mantiene el aspecto de iOS 6 y ha hecho que muchos usuarios pierdan la esperanza de una actualización antes del lanzamiento de iOS 8. Lo peor de todo es que si utilizas habitualmente la aplicación en ambos dispositivos, pasar del iPhone al iPad es como volver atrás en el tiempo.

… y Ultralingua de iOS en general

Luego está el caso de Ultralingua, empresa especializada en diccionarios y traductores, que lleva sin actualizar su aplicación desde octubre de 2013. Y, lo que es peor, con una interfaz que, en la versión para iPad, no ha cambiado mucho desde 2012.

Ultralingua iPad

Ultralingua ya ha patinado en otras ocasiones en la plataforma iOS, con un modelo de negocio que pasó de una aplicación de pago por diccionario a una biblioteca única gratuita desde la que adquirir los diccionarios necesarios como compras inApp. Esta transición no se hizo de la mejor forma, obligando a los usuarios a pagar de nuevo por contenido ya comprado anteriormente. La empresa rectificó posteriormente, pero esa estrategia errática no pareció un hecho puntual sino que ahora vemos que tiene continuidad con las pocas actualizaciones que introduce en la app.

Ultralingua iPhone

Por si fuera poco, la última actualización no funciona correctamente, siendo necesario borrar la app y volverla a instalar para que funcione. Eso sí, los diccionarios cuestan 7,99 € y los traductores 17,99 €. La parte de cobrar la tienen clara.

Son solo dos ejemplos, pero seguro que todos tenemos en nuestros dispositivos aplicaciones que han seguido una política de actualizaciones que podríamos definir como mínimo de errática.

La opinión de los desarrolladores

Hemos visto dos tipos de empresas (mediana en el caso de Tapbots y de mayor tamaño en el de Ultralingua), pero también es importante conocer la opinión de los desarrolladores independientes y de las pequeñas empresas.

Hace unos días, Marco Arment (responsable de aplicaciones como Instapaper y Overcast, la publicación digital The Magazine y de Tumblr en sus comienzos) publicaba un artículo en su blog en el que hablaba de la situación actual del desarrollo para iOS, enlazando con el post de Jared Sinclair sobre los ingresos de un desarrollador independiente que nos mostraba la otra realidad de la App Store.

Arment recogía las palabras de Sinclair y las de otros desarrolladores que hablan de iOS como una plataforma madura, lejos de la situación en la que un estudio de una, dos o tres personas pueden crear una aplicación y vivir perfectamente de los ingresos generados.

Como aspecto negativo, Arment y los demás desarrolladores hablan de un escenario dominado por grandes empresas que, poco a poco, han ido comprando a las más pequeñas. Pero también habla de una estrategia de ahorro en recursos (no de personas, sino a nivel de desarrollo, diseño, soporte, etc.) que permita a los pequeños estudios de desarrollo sacar sus proyectos y vivir de ellos. Algo en lo que Apple puede ayudar con los cambios introducidos en iOS 8.

El iPad frente al iPhone

En anteriores párrafos hemos visto el distinto tratamiento que dan las empresas a las aplicaciones para iPad frente a las de iPhone. ¿Por qué? ¿Tiene algo que ver el supuesto estancamiento en ventas de la tableta?

Arment también destaca esta diferenciación, apuntando a que la mayor base de iPhone permite rentabilizar mejor los desarrollos. Pero para él hay un problema mayor, el de la rentabilidad frente a la calidad.

Lógicamente, los desarrolladores tienen que comer, y para ello necesitan obtener ingresos con sus aplicaciones. El problema es que muchas veces buscan el éxito rápido, aparecer en la lista de aplicaciones más destacadas o más descargadas para, aprovechando la publicidad, conseguir todavía más ingresos (aunque, tal y como señalaba Sinclair, es mejor una buena reseña en un blog que lograr que Apple destaque tu app).

Con más de un millón de aplicaciones en la App Store, lo complicado es destacar, conseguir que los usuarios conozcan tu producto. Siempre se puede elegir el camino rápido, aparecer en las listas de Apple cueste lo que cueste. Pero el usuario no es tonto y al final lo que quiere es una aplicación que cubra sus necesidades, que no dé sensación de desactualizada o abandonada. Si no, terminará decantándose por otras alternativas.

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