Si hay una tienda famosa entre los cientos de establecimientos (más de 430) que Apple tiene repartidos por todos el mundo, ésa es la que está situada en la Quinta Avenida de Nueva York, justo frente al hotel Plaza y a pocos metros de Central Park. Su entrada, un cubo de cristal que da paso a unas escaleras hacia la planta subterránea, es ya todo un icono de la ciudad.
El cubo se remodeló en noviembre de 2011 (estuvimos presentes el día de la reapertura), cambiando las 90 piezas iniciales de cristal por solo 15. La tienda se inauguró en 2006, está abierta las 24 horas del día y tiene unas cifras de visitantes y de facturación realmente espectaculares.
Ahora, un libro titulado The Liar’s Ball: The Extraordinary Saga of How One Building Broke the World’s Toughest Tycoons de Vicky Ward cuenta la historia detrás de su gestación. Cómo el gestor inmobiliario Harry Macklowe, que se acababa de hacer con los derechos del edificio GM, convenció a Steve Jobs para abrir su famosa tienda en la plaza que sirve de entrada al inmueble.
Todo empezó en 2003, cuando consiguió que George Blankenship, vicepresidente de Apple responsable de la gestión inmobiliaria de la compañía, convenciese a Jobs para tener una reunión con Macklowe. Ambos trabajaron en una idea común, aunque Jobs quería que el cubo de entrada fuese todavía más grande de lo que es en la actualidad. Sin embargo, vieron que las dimensiones propuestas por Steve Jobs (40 pies, unos 12 metros) no eras viables con una prueba de noche en el lugar en el que hoy está situada la tienda. Finalmente se quedó en 32 pies (casi 10 metros), 2 más de los que quería Macklowe.
Luego vino la redistribución de las tiendas que ocupaban los bajos de la plaza y, lo que es más interesante, el acuerdo de alquiler de la parcela. Nadie, ni siquiera Apple, sabía cuántos ingresos podía generar la tienda, así que llegaron a una cantidad fija que, según el abogado de Macklowe, fue realmente baja. Les habría ido mejor con un porcentaje sobre las ventas: durante el primer año la tienda facturó un millón de dólares al día.
Con esas cifras, no es de extrañar que Microsoft quiera intentar copiar el éxito: ya ha anunciado la apertura de una tienda de la compañía a pocos metros del cubo de Apple. El problema para los de Redmond es que la ubicación no lo es todo en este caso.
Vía: ifo Apple Store