El año comienza y la semana acaba y, como es habitual, en iPaderos lo hacemos con nuestro Domingo en el sofá, la sección donde podrás encontrar noticias que se salen de nuestra tónica habitual y, casi siempre, con una buena pizca de humor, curiosidades y entretenimiento.
Petrolhead. Dícese de la persona amante de los coches, sobre todo aquellos con carácter, que aportan algo distinto al típico vehículo utilitario para moverse en el día a día. Esto es precisamente lo que es Pia, la protagonista de esta curiosa historia llegada desde Alemania. Con 20 años, y tras vender su Golf Cabrio de los años 80, ha decidido invertir sus ahorros en todo un deportivo de finales de esa década, un Porsche 928. Con sus 20.000€ se ha dado el capricho de tener el coche con el que siempre soñó, y además, a largo plazo poder obtenerle algún beneficio al mismo.
Desde la web oficial de Porsche nos cuentan que el coche necesitaba de un poco de cariño, pues aunque funcionaba suave y de forma correcta, tenía unos cuantos picotazos de chapa y pintura en el techo. Pero Pia ya tiene su ansiado Porsche 928 S4, un deportivo que en su época costaba el equivalente a 100.000€, y con 320 poderosos cv es capaz de llegar a más de 270 km/h, el cual irá poniendo al día en todo lo necesario poco a poco. ¡Ojalá pudiéramos cumplir un sueño así con tan solo 20 años!
Siguiendo con los coches, cambiamos al tema de la seguridad. El Programa Europeo de Evaluación de Automóviles Nuevos, más conocido como EuroNCAP, es el responsable de certificar la seguridad de los automóviles en Europa, con unas pruebas iguales para todos, y valorarlos en una escala de 1 a 5 estrellas, siendo las 5 el máximo posible. Este año estas pruebas han cumplido 20 años, y en 1997, su introducción sirvió para demostrar que ciertos coches eran demasiado inseguros para seguir vendiéndose al público.
El caso más acusado fué el del Rover 100, un urbanita que con su puntuación de tan solo una estrella, quedó fuera del mercado tan solo un año después, en 1998.
Comparándolo con un moderno Honda Jazz, la diferencia es enorme, pues se observa como en el vehículo más moderno las zonas diseñadas para deformar consiguen que las fuerzas lleguen amortiguadas a los ocupantes, produciéndoles menos lesiones, mientras que en el Rover la columna de dirección entra por completo en el habitáculo. Tras 20 años consiguiendo que cada día los coches sean más seguros, el trabajo de EuroNCAP es de agradecer, y esperemos que dentro de otros tantos años podamos reconocerles los mismos méritos que ahora.
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