Bienvenidos a la nueva sección bisemanal de iPaderos. El leitmotiv de estos artículos será expandir un poco más allá la perspectiva de la temática general del blog, que no deja de ser otra que Apple y su ecosistema, y sobre todo, nuestro querido iPad. Parece como si el resto del mundo no hubiera tenido su propia historia e influencia en el mundo tecnlógico, y obviamente, no es así. Apple ha sido, sin duda, un motor que ha impulsado indiscutiblemente la industria, pero tenemos que recordar también a todos a aquellos que, en el pasado o en la actualidad, han dado también parte de su originalidad o inventiva al mundo moderno en el que vivimos. Esta sección aparecerá a las 9:41 am, hora del pacífico, como nuestra sección «One More Jobs» (pulsa aquí para saber por qué).
En este primer capítulo hablaremos de una historia poco conocida que a muchos les sonará pero que pocos conocen en profundidad. Microsoft, como sabemos, es una empresa sumamente importante en el entorno del desarrollo de las tecnologías informáticas, desde sus inicios. Su mano e influencia se ha extendido por todo aquello a lo que llamamos “ordenador personal”, tanto en PC como en Mac, e incluso otras plataformas, siendo esta empresa y su líder máximo hasta hace unos años, Bill Gates, dos de los fenómenos más importantes hasta estos momentos. Pero sin duda una de sus historias menos conocidas (y tienen varias) es el desarrollo de la Xbox y los verdaderos objetivos de Microsoft con esta consola, que no eran, al menos no exclusivamente, que fuera una máquina de juegos.
Para entender la Xbox, tenemos que ir atrás en el tiempo, aunque parezca extraño, a hace un par de años, cuando Microsoft (o más bien Ballmer), desesperada por hacerse un hueco en el mundo de los smartphone, le “hizo la cobra” a Nokia adquiriendo su división de móviles, para más tarde, en un movimiento que hace no mucho reconocieron como un fracaso, convertirse en la compra total y completa de Nokia, excepto los negocios relacionados con papel, electrodomésticos, etc… El mismo movimiento que hace unos 20 años le hizo a Sega. Sólo que esta vez le salió mal. Pero vamos a explicar qué pasó por aquel entonces y como las cosas derivaron de muchas y extrañas maneras.
Allá a mediados de los noventa, todo el mundo estaba loco con las nuevas consolas. Nintendo era la reina durante los 90 todavía con la SNES y la Gamecube tenía un cierto éxito; y Sony se había embarcado en su propio movimiento, haciéndole la caidita a su vez a Nintendo sacando la PlayStation 1 (una venganza más bien). Los detalles farragosos de estas estrategias barriobajeras me las guardo porque me quiero centrar en el protagonista del artículo, que es la Xbox. Microsoft andaba nerviosa porque veía un gran negocio en los juegos, lo que era cierto, y que llegaban tarde (que sorpresa), así que decidieron que lo mejor era aliarse con alguien importante del mercado por aquel entonces, como era Sega. Sega estaba preparando su propia consola de última generación, la Dreamcast, y Microsoft se puso en contacto con ellos para desarrollar, a priori, el sistema operativo de una consola, tal vez de esa misma que ellos estaban desarrollando. En Sega se mostraron deseosos de colaborar con ellos, y cuando el asunto, a finales de los noventa, estaba prácticamente terminado, Microsoft canceló el proyecto. Así, por las buenas. Se llevaron todos los diseños, los desarrollos y el hardware, y unos dos años más tarde, en 2001, sacaron la Xbox original, que los buenos de Sega habían desarrollado prácticamente entera. El problema para Sega es que esto les desvió de su objetivo principal, que era el desarrollo y comercialización de la Dreamcast, una consola muy avanzada para su tiempo, lo que les llevó a la ruina técnica pocos años más tarde. Actualmente, sobreviven como soldados de fortuna… Digo como programadores de juegos, cosa que siempre se les ha dado muy bien. Pero su colaboración con Microsoft fue su desgracia, y el verdadero motivo de su desaparición como empresa de consolas, cosa que le vino muy bien a Nintendo y Sony, por otro lado.
La cuestión es que Microsoft no tenía una verdadera intención de sacar la consola adelante en esos momentos. Bill Gates quería un sistema de salón basado en Windows XP (que aparecería por esas fechas), pero los que continuaron el desarrollo de la consola tras el follón montado con Sega dijeron que naranjas de la China: el sistema ya estaba desarrollado y no se iban a hacer cambios, entre otras cosas, porque como estaba, estaba estupendo. Gates, como solía hacer, se rebotó hasta puntos de sutura, porque por aquellas fechas Sony ya preparaba la salida de la PlayStation 2 y de repente, les empezó a correr prisa, como les ocurre siempre que no las ven venir. Así pues, en 1999 decidieron anunciar que estaban trabajando en una consola y en 2000, anunciaron oficialmente que iban a sacar una consola (esta gente ha trabajado así siempre). En 2001 apareció en el mercado la Xbox, que era básicamente la misma consola que diseñó Sega con el software mixto de Microsoft. Vendieron 24 millones de unidades, pocas comparadas con los 155 millones de unidades vendidas por Sony de la Play 2, pero se demostró que podía ser una consola viable con futuro.
La segunda versión, la Xbox 360, vendió sobre 85 millones de unidades, todo un éxito, pero seguía siendo un problema para Bill Gates: llevaba un PowerPC como procesador (los mismos chips que llevaban los Macs en aquella época hasta que Jobs decidió migrar a Intel), y claro, Windows sólo funcionaba con x86, así que su intento de lograr un sistema informático hogareño volvió a desviarse una vez más debido a las decisiones de los técnicos. Esto enfadó aún mas a Gates, que se le pasaba el arroz y veía que las cosas no terminaban de salir como él quería. ¿Y cómo eran esas cosas? ¿Qué tenía que pasar? Para esto tenemos que volver la vista atrás unos 20 años, cuando la informática aún estaba en una versión muy incipiente y todo eran ideas y conceptos más que hechos. Para Gates, el negocio estaba en que cada ciudadano del mundo tuviera un ordenador en su casa. Ellos hacían el sistema operativo estándar para PC (MS-DOS) y estaban, literalmente, entrando en cada casa y oficina del planeta. Pero no tardó en darse cuenta de algo importante: ellos no controlaban el hardware. A él le iba bien así, pero al lado (por decir algo, ya que están a la otra punta de la costa oeste) estaba Apple, que controlaba ambos aspectos del negocio, y le iba muy bien. Esa era la espinita que se le quedó clavada a Gates. Cuando a mediados de los noventa entraron en negociaciones con Sega, se le encendió la bombillita de pasar de los PCs para controlar un hardware que podía ser fundamentalmente para él el siguiente paso en el mundo informático: la consola de juegos, no sólo como entorno de entretenimiento casual sino como verdadero centro informático de la casa, para todos los miembros de la misma, directamente al televisor. Y ellos controlarían el sistema a través de Windows. Cuando vieron que Sega no iba a usar Windows (aunque prácticamente les diseñaron entero lo que luego sería DirectX), les quitaron el proyecto de repente, dejándolos con los ojos como platos de sopa fría, y un palmo de narices. Después, imbuidos por las prisas por la salida de la Play 2, sacaron la Xbox original tal cual casi, y luego (unos cuatro años después), la Xbox 360 con cambios evidentes pero sin incluir Windows de nuevo, porque no había una estrategia central en ese sentido.
La Xbox One es, se supone, el resarcimiento de Gates después de tantos años. De hecho, el anuncio de que será actualizable a Windows 10 dejó a todos sus fans con las ganas de más. Pero de momento es eso, una promesa. Xbox One tenía que ser la consola definitiva que no está levantando el vuelo, como tampoco lo está haciendo la Play 4, principalmente por los problemas de compatibilidad con los juegos anteriores y los muchos problemas del juego online, la racanería de Microsoft y Sony, etc… El sueño de las consolas como centros del salón de la casa se están desvaneciendo, al menos para estas dos grandes empresas. Apple anunció la semana pasada el Apple TV 4, de la que ya hemos hablado estos días atrás y que tiene un potencial, gracias a su ecosistema de apps, para convertirse en ese centro de entretenimiento del hogar que tanto han soñado estas empresas durante los últimos 20 años. El problema, como siempre, es de concepto: vende un producto, da un servicio, y hazlo brillantemente. Estas lecciones que Apple da constantemente pero que parece que el resto de la industria se niega a aprender año tras año.
A ver, yo entiendo que estamos en una página web de Apple, y algunos diréis que soy muy pesado con defender a Microsoft, no voy a negar nada de lo que se ha dicho aquí, pero sí que pido una de cal y otra de arena, todavía no he visto a nadie comentar como Tim Cook dijo que la Surface era como una tostadora-nevera, para tres años más tarde sacar el iPad pro, que viene a ser el mismo concepto. Me encanta Apple, me encanta Microsoft, pero un poco de parcialidad por favor.
Yo particularmente no soy necesariamente escéptico del iPad Pro pero reconozco que yo no me compraría uno… Ni un Surface. Pero también reconozco que hay una serie de usuarios que lo mirarán con ojos de querer, como los artistas gráficos y los delineantes, por ejemplo, así como arquitectos y gente que tenga trabajos semejantes… En muchos trabajos técnicos también tiene bastante futuro.
La diferencia entre el iPad Pro y la Surface es que… La Surface lleva Windows. Nadie quiere Windows hoy día. A la vista está que ni regalándolo está levantando cabeza. Su nivel de penetración es muy pequeño aún para lo que debería ser un sistema de este tipo, tan popular. No sé que éxito tendrá el iPad Pro, pero hay una diferencia muy clara: los productos Apple tienen éxito y los de Microsoft están dejando de tenerlo. Son como de dos épocas distintas.
O claro, pero que no se te olvide que Apple también incursionó en el mundo de las videoconsolas con su famosa Pippin y Upps!!! Fue un rotundo fracaso, un fiasco de consola, al menos Xbox y PlayStation marcaron épocas en cuanto a consolas se refiere, y Apple… Pues no… Así que no se sientan los dueños de la "innovación"
Sí, obviamente, fue un fracaso, pero porque en aquella época Apple estaba fracasando en muchas cosas… La época pre-Jobs tenía muchos problemas y cuando llegó él estaba casi en ruina técnica. Además, quiero recordar que Apple no ha hecho una consola, sino un aparato de televisión hogareño. Pero que va a competir con consolas. Le vaticino un gran éxito, pero de todas formas, no eso no significa que vaya a desbancar a otras, sino que se va a hacer un hueco entre ellas, a costa de Nintendo, claro.
Pues tu mismo lo has dicho… A costa de Nintendo… Donde queda la innovación de Apple??? Y si Apple sacó un Ipad Pro… Fue por algo…. No crees?? Es obvio que quiere competir contra Surface, a eso súmale el Stylus que Jobs tanto odiaba y encima un teclado ????. Cuando el río suena…. Agua lleva…