A principios de este mes de mayo se hacía la sentencia que condenaba a Samsung a pagar casi 120 millones de dólares a Apple por utilizar de forma indebida una serie de patentes de la compañía estadounidense (ésta, a su vez, también tenía que compensar a su rival, aunque en este caso, con una cifra mucho menor, 160.000 dólares).
A los pocos días, Apple y Google llegaban a un acuerdo para poner fin a sus enfrentamientos judiciales por el uso de patentes, comprometiéndose además a trabajar de manera conjunta para reformar la ley de patentes vigente en EE.UU. Esto hizo que, casi de inmediato, surgiese el rumor en torno a un posible acuerdo en el mismo sentido, aunque en este caso con Apple y Samsung como protagonistas.
Pero el rumor estuvo activo menos de 24 horas. Las negociaciones entre los abogados de ambas partes fueron de todo menos amistosas, con fuertes declaraciones y descalificaciones.
Ahora Apple parece haber cerrado definitivamente la puerta a este supuesto acuerdo. Y lo ha hecho por dos vías. Primero, solicitando una revisión del juicio, en un intento de obtener una compensación superior a los 120 millones de dólares (recordemos que su reclamación inicial era de 2.200 millones de dólares). Segundo, pidiendo que se prohiba la venta en EE.UU. de todos los dispositivos de Samsung, tanto actuales como futuros, que infrinjan patentes suyas.