Recuerdo perfectamente que hace 20 años o así ya nos prometían, gracias a la tecnología punta del cable y el satélite, que nos independizaríamos de la TV unidireccional en la que una o varias fuentes de información nos transmiten comunicaciones que nosotros simplemente teníamos que consumir… Décadas más tarde la cosa no ha cambiado mucho, aunque estamos entrando en la era, tal vez no como nos habíamos imaginado, pero cerca, en que la televisión deje de ser simplemente un canal de absorción para convertirse en algo más… ¿O no?
Llevamos unos años en que están apareciendo distintos servicios de televisión online o «video streaming» que tienen todos más o menos las mismas características: toneladas de series y películas que podemos ver cómodamente desde cualquier dispositivo cuando nos de la gana y de la forma que queramos. Ok. Netflix, Hulu, Amazon, HBO… Y esto sólo lo de ficción, porque luego tenemos un montón de servicios más específicos como Vevo para música, Twitch para juegos, etc… Actualmente tenemos una cantidad bastante nutrida de servicios complementados por la plataforma de vídeo en Internet por excelencia, YouTube, que precisamente, como nos indicaba ayer Eladio, han montado su propia plataforma de TV online con chorrocientos canales de TV americanos (suponemos que darán el salto a otros países en algún momento), aunque como comentaré a continuación, no entiendo muy bien su estrategia, lo que no significa que no funcione…
Esta cantidad de servicios es, precisamente, el problema. Básicamente funcionan todos igual: depósitos gigantescos de series y películas a cascoporro, con distintos idiomas y con la característica general de que los usuarios podemos votar y comentar los capítulos y filmes. En el caso de YouTube la cosa es más extraña porque básicamente quieren convertirse en un emisor de lo mismo que ya se puede ver en la TV pero por Internet… ¿Realmente ese es el camino correcto? ¿Pero no estábamos en la cosa de la TV a la carta y de «lo-veo-cuando-yo-quiero» (yo, yo, yo, yo, yo, yo…). Y el precio ya es curioso: 35 dólares al mes para ver lo mismo que se puede ver, en la mayoría de los casos, gratis en la TV normal (teniendo en cuenta que el resto de servicios rondan los 7 a 15 euros en general). Sí, se puede grabar el contenido (lo que sólo es necesario porque precisamente son canales generalistas), pero…
Pero es que eso ya se puede hacer, por ejemplo aquí en España. Movistar, que no es santo de mi devoción porque me está troleando a Netflix y eso fastidia, por decirlo suave, tiene ahora mismo un completo servicio de TV por Internet llamado Fusión que sí, es carete, pero mete Internet por fibra, TV con grabación de canales y móviles en un solo paquete. Yo, evidentemente, no pagaré por un servicio de YouTube que ya ofrece lo mismo que otros proveedores, al igual que hago con los servicios de streaming. Llamadlo ahorrar o simplemente no gastar por gastar. 35 dólares viene a ser un precio muy parecido a lo que cuesta la plataforma de TV de Movistar aquí en España, con chorrocientos más canales y más o menos con las mismas funciones (no se puede comentar, pero cuando estás viendo la TV, realmente no estás pensando en esto, y si quieres comentar, te terminas yendo a Twitter o Facebook, que es donde está la gente; y ciertamente no se puede ver en cualquier sitio, pero eso lo terminarán haciendo de un momento a otro…). Luego están los «YouTube Originals», que no deja de ser lo mismo que hace Netflix o Amazon pero con su propio sello, lanzando series y películas financiadas por ellos. No son un dechado de originalidad precisamente, a pesar del nombre…
Al final, a lo que voy es que nada ha cambiado mucho realmente. Hace 20 años teníamos TV unidireccional y la consumíamos. Ahora mismo, seguimos teniendo la misma TV unidireccional pero más flexible, nada más. Es evidente que dentro de unos pocos años, casi todo el mundo, menos los yayos más yayos (porque ahora tenemos unos yayos de modernos que asustan) consumiremos TV de esta manera. Sí, cuando queramos y como queramos, pero seguiremos consumiendo lo que nos echen, sólo que de forma más flexible. Precisamente YouTube tiene una cosa muy buena, lo que yo realmente llamaría la TV 2.0: que todos pueden crear y mostrar contenido y que los demás podemos decidir si ese contenido nos gusta o no. YT es tan popular porque la comunicación se vuelve bidireccional, e incluso podemos contestar vídeos con otros vídeos. No sé cuan popular puede ser este nuevo servicio, pero amigos: cuando ya tienes tu pasta apostando por otro caballo ganador, no cambias la apuesta. El tiempo dirá si tienen razón, pero intentar extender la vida de la TV convencional puede no ser la mejor idea, ¿o sí?
PD: No meto aquí a nuestra querida Apple TV porque, por algún motivo que supongo se sabrá en su momento, Apple aún no quiere, puede o debe meterse en todo este follón a pesar de las novedades que van surgiendo… Y se están retrasando, algo poco habitual en ellos…