Apple ha tenido una influencia decisiva en la industria, pero aquí recordamos a los que han colaborado de forma decisiva al mundo tecnológico en el que vivimos fuera del «jardín vallado». Esta sección aparecerá a las 9:41 am, hora del pacífico, como nuestra sección «One More Jobs» (pulsa aquí para saber por qué).
Siempre se ha denostado los videojuegos para móviles y tablets por considerárseles de segunda o tercera división en comparación con sus “mayores” del mundo PC y consola. Y es cierto que en una mayoría de casos son minijuegos simplemente para matar el tiempo (aunque no podemos subestimar el deseo de la gente por entretenerse más allá de lo “moralmente” necesario), pero en otros hay juegos que, con las limitaciones propias del medio en el que existen, son juegazos que han logrado fama mundial y a veces durante años.
Miles de pequeños desarrolladores y firmas se han lanzado a este mundo de videojuego en dispositivos móviles, propiciados primero por una Apple que se lanzó de cabeza con éxito a crear un universo de apps, y por Google después, dispuesta a seguir la estela de la manzana y llevarla a otro mercado diferente (cuantitativo, que no cualitativo). En medio de esa vorágine en la que llevamos ya nueve años sumergidos, los creadores de videojuegos móviles, que por mucho que no tengan mega gráficos, un 3D super envolvente y una banda sonora digna de Star Wars cumplen perfectamente co la función para la que se crean, que es entretener y matar el tiempo, vieron un filón enorme en todo este nuevo mundo que se abría ante nosotros. Pero la cuestión es que hasta los grandes de este mundillo se dieron cuenta de esto, como veremos luego.
Hoy día, una de las empresas más importantes del sector no es ni americana, ni japonesa ni coreana. Es finlandesa y se llama Supercell. Tienen obviamente varios títulos en su mano, pero los más reconocidos son el famosísimo (aunque nunca entendí bien porqué, lo reconozco) Clash of Clans, que ha tenido innumerables clones, el título menor pero más para amas de casa y abuelas Hay Day (un simulador sencillo de granjas) y el actual sustituto de Clash of Clans, Clash Royale, que se está convirtiendo como es predecible en el último megahit de la compañía. Según el medidor de juegos de AppAnnie, están en el top de los fabricantes actuales, pero es que lo suelen estar prácticamente siempre. Pocas empresas del sector están casi siempre en lo más alto de la lista, y es que debemos considerar el hecho de que en efecto, son juegos tremendamente populares con millones de usuarios que, en muchos casos no se dejan un duro, pero siempre habrá, aunque sea una minoría, que se gasten las perricas como decimos por aquí en las tonterías que proporcionan estos juegos.
En los listados vemos que Supercell no es sólo la primera en descargas si no también en ventas… Y prácticamente la única que repite en el Top 5 en los dos listados menos Activision, que sin embargo baja en ingresos… Y compitiendo casi sin publicidad en comparación con otros grandes del sector como King, que invierte mucho dinero en publicidad pero que, por ejemplo, no está actualmente en las listas tras haber amortizado completamente Candy Crush Saga (estrategia que ya sabemos que a Samsung no le ha salido muy bien a largo plazo…).
Estos dos listados nos permiten sin duda ejemplificar hasta que punto en el móvil ser un gigante como Electronic Arts no te garantiza el éxito (que al fin y al cabo se mide por la capacidad de generar ingresos con tu producto). Las grandes empresas o los clásicos como Bandai (que han tenido que recurrir a Hipster Whale, los creadores del famoso Crossy Road, para sacar adelante una versión exitosa del Pac-Man en móviles), se las ven y se las desean para arrasar como lo han hecho en PC y consola, porque de hecho, el problema es que se trata de un contexto y un entorno totalmente diferentes. En gran medida, el principal problema al que se enfrentan es que se trata de un mercado en el que no pueden usar “la fuerza bruta” como han hecho en los otros dos como estrategia fiable y segura para comerse sus nichos de mercado. Nintendo, mismamente, como veíamos hace no mucho, no está sabiendo a qué jugar, y tras presentar el truño de Miitomo, que ni es un juego ni nada, ahora mismo está en tierra de nadie: sí, puede que tengan cierto éxito con el invento este de los miis, pero como repito, no es un juego… Siendo ellos una empresa totalmente clásica de los videojuegos. Todavía no ven que probablemente su única tabla de salvación para seguir haciendo algo en este mundillo es tirarse de cabeza al móvil, pero siguen aferrados a las consolas incapaces de darse cuenta de que están hundiéndose irremediablemente (salvo nueva mega-consola mediante, claro).
El desprecio que los gamers de toda la vida sienten contra los juegos móviles es reluctante, a decir verdad… Reconozco que nunca he sido muy fan de los super juegos con gráficos 3D que hasta se ven los lunares del protagonista. Entiendo que la estética es un poder al que muchos humanos no pueden resistirse, pero la locura que comenzó con la PlayStation a principios de los noventa se ha convertido en una burbuja que está dejando desastres como The Order: 1886, que es una maravilla estética pero que como juego no le llega a la suela de los zapatos al Clash Royale anteriormente citado, por sólo citar uno. Ahora mismo, sólo importa que los gráficos sean muy bonitos, pero dejando la sensación de que el juego no vale nada después de una semana y que podemos pasar a otro sin problemas. Tal vez ese es el truco usado por los grandes: fabricar muchos juegos relucientes pero cortos y aburridos para obligar a la gente a estar comprando juegos una y otra vez, dejándose las carteras en supuestos entretenimientos que en algunos casos no pasan de una tarde de juego… Eso es algo que con los móviles no pasa en general: un juego para iOS o Android puede durarte semanas o meses, siendo gratis o pagando muy poco dinero, y eso lo ha convertido en muy atractivo para muchos usuarios. Precisamente, usuarios que nunca jugarían a consolas y PC pero que en las condiciones del móvil lo hacen muy a gusto. Y creedme, gamers de mis amores: son más que vosotros. Os van a ganar. Y eso, las grandes empresas también lo saben. Tranquilos, no dejaréis de recibir vuestra ración de 3D y mega-títulos. Pero ya os podéis ir acostumbrando a convivir con los “minijuegos”. Están aquí para quedarse.