Mucho se ha dicho (y nosotros también) de la convulsa situación de Microsoft en los últimos cuatro años (al menos) en muchos sentidos. Unas Windows 8 fracasadas, unas Windows 10 que no terminan de arrancar, un mercado móvil que ya no se escapa, sino que está totalmente hundido… Pero ellos lo siguen intentando, haciendo valer que siguen siendo lo más en PC… Lamentablemente, el problema es que ya nadie es «lo más» en PC… Al menos en lo que se refiere al PC compatible…
Satya dice: «Pensar en el PC como el centro de todas las cosas fue quizá uno de los errores más grandes que hemos cometido«. Enhorabuena, majo. Ya era hora. Supongo que lleváis tiempo con esto en la cabeza pero en algún momento teníais que decirlo… Y este no es realmente el mayor de sus problemas. Aparte de las malas inversiones, el problema principal desde mi nada experto punto de vista es que se ha perdido totalmente la perspectiva. El computador hoy día es totalmente ubicuo, no está en un sitio determinado, y para lo bien que dicen que se les da el Cloud deberían haberse dado cuenta hace mucho tiempo.
Ahora vuelven a la carga con lo que llaman un «todo en uno»: un PC portátil que se convierte en sobremesa por medio del concepto de modularidad, y de lo que ya tienen al menos una patente… Que curiosamente se parece mucho a un iMac… La cuestión es que después de haberse estampado contra la pared con Nokia, después de no ser capaces de levantar las ventas de la Surface, siguen intentando seguir abriéndose brechas en el cráneo con un nuevo aparato que, a ver como lo digo sin que nos llore el señor Nadella… ¡Que nadie quiere! Porque ese es el problema, señor Nadella: nadie quiere un PC con Windows. Si se compran uno es por necesidad y no gastarse las pelas del Mac (que sinceramente me parece tonto, al menos desde el punto de vista económico: un Mac mini es mejor que la mayoría de los PCs de gama media y su precio es muy competitivo), no porque realmente quieran comprárselo. Pero no, no hay manera de hacerles entrar en razón.
El problema, señor Nadella, es que excepto los que programamos para servidores y las pocas aplicaciones que sobreviven para Windows, los jugones y los empleados de oficina, ya nadie usa el PC en su casa, el gran hito que persiguió el padre de ordenadores, Bill Gates. Los usuarios de perfil medio-bajo tienen las torres y los portátiles abandonados en rincones (esto me lo han dicho directamente clientes a los que les hemos reparado equipos) y uno de ellos me llegó a confesar que nos lo traía para que lo revisáramos para… ¡Hacer la declaración de la renta! Después dormiría el sueño de los justos uno año más. Porque ese señor ya usa el móvil y la tablet como sistemas informáticos de cabecera. Y señor Nadella: cuando Apple sacó el iPhone, ustedes debieron hacer lo mismo que hizo Google: entender que el mundo estaba cambiando y cambiar con él. Así, se han sumado a Blackberry y Nokia en una sucesión de fracasos que nos han llevado al día de hoy. Y nada, usted erre que erre.
Hace falta un cambio en Microsoft. Un cambio estructural muy importante. No es un cambio en los detalles, en aplicaciones o sistemas concretos. Es en el fondo del asunto, en la base de la pirámide. Porque sigue siendo una empresa lo suficientemente importante como para languidezca inexorablemente año tras año mientras vemos como sus sistemas decaen, son cada vez menos usados, y se va convirtiendo en una empresa cada vez menos relevante en todos los sentidos. Ya no innovan como antes. Ahora mismo ya no hacen nada que les distingan de la competencia. Son un commodity, y cuando eso pasa, cada vez vales menos hasta que dejas de valer algo. Les ha ocurrido a miles de empresas, incluso algunas que en su día eran importantes como Packard Bell o Dell, que aunque fueran de hardware tuvieron problemas semejantes en su momento. Qué decir de la misma Nokia, ahora fragmentada y casi desaparecida. Así que, señor Nadella, ¿para cuándo la necesaria renovación de Microsoft?
