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No sólo Apple X: Microsoft debe cambiar el chip

Apple ha tenido una influencia decisiva en la industria, pero aquí recordamos a los que han colaborado de forma decisiva al mundo tecnológico en el que vivimos fuera del «jardín vallado». Esta sección aparecerá a las 9:41 am, hora del pacífico, como nuestra sección «One More Jobs» (pulsa aquí para saber por qué).

Este post es al tiempo un artículo de No sólo Apple y también uno de opinión. Dos por uno, así somos en iPaderos. Por un lado voy a intentar hacer un recorrido por la filosofía de la empresa y su principal producto, Windows, y por otro, voy a intentar aclarar porque creo que Microsoft debería abandonar el escritorio tal y como lo tienen conceptualizado hoy día. Sé que el artículo puede ser algo molesto para algunos, pero se suele decir que obras son amores y no buenas razones. Vamos, que Microsoft debería dejar de prometer tantas cosas y hacerlas, o replantearse su futuro, que es lo que voy a tratar de explicar, porque realmente lo que hay aquí es un problema de visión: la tienen borrosa, pero no van al oculista. Así que lo normal es que te tropieces con las cosas o las dejes caer y se rompan. Como fan suyo que he sido, creo que todos nos merecemos entender porqué una empresa como está la está fastidiando tanto.

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Windows 8, el signo de los tiempos de Microsoft
Windows 8, el signo de los tiempos de Microsoft

Microsoft es una empresa basada en una premisa muy sencilla, ideada por su fundador Bill Gates (Paul Allen, que me perdone el buen hombre, era el Wozniak de la ecuación, y no duró mucho tampoco, como su alter ego applelero) y que funcionó bien durante bastante tiempo: poner un ordenador en cada casa y un Windows en cada ordenador. Punto. Y todos sus esfuerzos y diatribas iban orientadas única y exclusivamente a eso. Sin zarandajas. Que había que presionar a los OEM para que solo distribuyeran Windows, pues se hacía. Que había que boicotear a los distribuidores que vendían otros sistemas, pues se hacía. Que había que imponer un navegador por encima de la competencia aprovechando la supremacía del sistema operativo, pues se hacía. Al menos hay que reconocerle (yo siempre lo he hecho) que lo tenía todo clarísimo y se ceñía cien por cien a su rollo. El problema es que ese rollo le funcionó bien mientras el mundo aún era un planeta “offline”, pero cuando llegó Internet, la cosa comenzó a desmoronarse. Muy poquito a poco, muy ligeramente al principio, pero el principio del fin llegó cuando todo parecía empezar, con Windows 95.

Hay todo un artículo dedicado a esto así que si queréis profundizar en algunas interioridades, ahí tenéis todo lo necesario para haceros una idea. ¿Por qué digo que Windows 95 fue el principio del fin? Por la muy sencilla razón de que fue el momento en que no vieron la que se les venía encima. Bill Gates era un estratega nato, sin duda, y personalmente creo que él vio Internet como el elemento vital en el futuro de la informática personal, pero no supo aplicarlo a un modelo claramente estático como el PC offline de la época. El veía Internet como servicios para vender, no como un gran sistema de información global que incluiría muchos más aparatos en el futuro. Su visión de la tecnología se reducía (o no, pero pretendía que fuera así en su estrecha forma de ver la tecnología) al ordenador con Windows, y esa fue su perdición. A Apple se le ha criticado mucho la dirección errática de sus servicios de Internet, pero recordemos que sus primeros servicios para usuarios y lo que podríamos llamar una “proto-nube” para sus ordenadores data del 2000, con iTools, seguido por .Mac y MobileMe, que aún funcionó hasta 2012. Microsoft no sólo tardó mucho en subirse al carro de los servicios online, sino que lo hizo por el lado complicado y dejando totalmente aislado a Windows de esos servicios, con la sola excepción de Messenger, que no era propiamente un servicio online ni de nube, sino un chat (y que como sabemos, fue licenciado con deshonor y por la puerta de atrás). Y todo hay que decirlo: cuando compró Hotmail lo integró en el Outlook Express (sí, ese que desapareció en Windows Vista y que en Windows 7 ni siquiera tuvo reemplazo; y sí, hicieron el engendro ese del Windows Live, pero ese pack por si sólo merecería un artículo aparte porque su historia es aún más errática), pero se acabó lo que se daba. Ni los calendarios, las tareas, las notas, los blogs, archivos, etc… Sí, es cierto, que los archivos han sido erráticos en Mac, pero ya al menos en Lion estaba disponible, aunque oculta, y era posible sincronizar archivos con apps de terceros en dispositivos iOS. No contentos con eso, Windows 8 (recordemos que es de 2012) tenía una integración muy parcial de servicios que parece haberse solucionado en buena medida en Windows 10, pero que no es tan satisfactoria como debería ser en el sistema operativo más usado del mundo.

Windows Live, la "nube" de Microsoft que no llegó a cuajar
Windows Live, la «nube» de Microsoft que no llegó a cuajar

Donde más se nota lo errático de su comportamiento es en los servicios de red propiamente dichos. Microsoft nunca ha dado la importancia que tiene a esos servicios, ni siquiera cuando definitivamente la competencia demostraba año tras año que eran el futuro. Azure no cuenta, porque es un servicio empresarial para aplicaciones, no para usuarios. Ahí les está saliendo bien la jugada porque es un servicio corporativo, pero los vaivenes en el entorno de usuario final han sido cuanto menos muy cuestionables. Porque uno de los problemas es que Microsoft nunca ha tenido una experiencia retail real. Ellos realmente nunca han vendido directamente a los usuarios, siempre lo han hecho a través de intermediarios (su estrategia de no mancharse las manos yendo al barro les funcionaba bien cuando sólo había ordenadores desconectados, pero cuando el público comenzó a crear redes, todo eso dejó de tener valor, porque los nuevos aparatos han independizado al usuario del proveedor en gran medida). Esto también ha afectado a los distribuidores y los OEM: en aquella época, todo el monte era orégano porque tenían todo el control: Papa Microsoft les daba la gasolina para que sus ordenadores funcionaran y formaban parte del monopolio. Pero cuando comenzaron a llegar los nuevos “cacharros”, la cosa comenzó a desmoronarse, porque ya no tenían el control: aparecieron nuevos jugadores en escena que parecían pequeños y poco importantes y al no ser ordenadores, no se les dio ninguna importancia. Ellos se sentían seguros en su pedestal de la ventana y nada podía hacerles bajar. Craso error. La independencia que lograron los usuarios con los nuevos sistemas hizo que comenzaran a desligarse de un sistema al que ya tenían bastante tirria (he sido profesor de academia y he enseñado a usar Windows a personas de perfil bajo, la mayoría por otro lado; os puedo asegurar que las impresiones de la gente eran dantescas y fue cuando me di cuenta de que realmente, la usabilidad de Windows es nula: los profesionales nos acostumbramos a movernos sin problemas, pero para el público general inexperto, aquello era un infierno). Los móviles y tablets dieron a la gente la excusa para abandonar el PC con Windows, y lo siguen haciendo ahora mismo.

No insistiré en el tema de la era Post-PC, ya hemos hablado mucho de ello aquí, por lo que pasaré a mis conclusiones finales, que son las que dan título al post: Microsoft DEBE replantearse muchas cosas, incluso abandonar el escritorio, al menos antes de que le estalle en la cara. ¿Por qué? Porque las cosas, como hemos visto, ya no son como antes. Visto en perspectiva, nos damos cuenta de que inexorablemente el mundo ya no es el de los noventa, pero ni siquiera el de después del 2000: se dice que en tecnología las cosas cambian muy rápido, pero es peor aún, porque cambian en progresión geométrica, y cuando tu idea de la informática es seguir pensando en términos de PC con Windows, y no lo pillas a tiempo, pasa lo que está pasando. Antaño, la idea principal de Gates era que hubiera un PC en cada casa porque de esa manera, las empresas e instituciones querrían usar ese PC con Windows a toda costa porque sería lo que tendría todo el mundo. A su vez, los usuarios querrían tener exactamente lo mismo en sus casas porque sería lo que usarían también en el trabajo. El círculo perfecto. Los dos entornos se retroalimentan y Microsoft está en medio absorbiendo los beneficios. Como estrategia es genial. Como hemos visto, eso funcionaba mientras sólo había PCs con Windows, pero el mundo ya no es así. Vistas las estadísticas, sólo Apple y alternativamente alguna que otra empresa como Lenovo, Asus y alguna otra (y no todas a la vez, sino de forma alterna) venden actualmente PCs. Ya se venden más dispositivos iOS que PCs y todo esto nos dice una cosa: la estrategia ya no funciona. Microsoft ya no está recibiendo el feedback de las empresas y cuando han querido bajarse de su pedestal y darse cuenta, ya ha sido muy tarde. Han querido meterse en un mercado (el móvil) cinco años más tarde que el resto, cuando otros sólidos jugadores como Blackberry han recibido una paliza de órdago. Y qué decir la propia Nokia, cosa que nunca les he perdonado: han destruido una empresa para no hacer nada, cuando esa empresa ya estaba en horas muy bajas y básicamente lo que han hecho es desguazarla. Como cumbre de la gestión de Ballmer, la verdad, ha sido bastante triste.

microsoft-nokia

Los que pretendan seguir defendiendo el PC y el escritorio de Windows pueden hacerlo, están en su derecho. También hace diez años muchos decían que la web no podía sustituir en potencia y manejo a las aplicaciones de escritorio, y aquí estamos. También algunos decían hace cinco o seis años que las apps de móvil no eran programas de verdad, que eso no tenía futuro. Y en estas seguimos. Dentro de cinco o seis años, cuando nadie quiera tocar un ordenador como si tuviera lepra, volveremos a hablar de lo mismo. ¿Queréis un ejemplo de lo que está por venir? Cosas como Oculus Rift le pueden dar la puñalada final al PC. Diréis que Microsoft está trabajando en su sistema de gafas 3D, y es cierto. Espero que les salga bien, porque es posible que sea la única manera de llegar a los usuarios en la próxima década. No soy lo que se dice un analista (aunque la mayoría sólo son “analistos”), pero mi recomendación para Microsoft es que oriente todos sus esfuerzos en los servicios corporativos de red (Azure) y en su sistema virtual, ya que esas dos cosas conectadas pueden ser brutales. Y convertirse en la primera empresa en generar un entorno virtual de trabajo y entretenimiento comercial viable que se lleve el mercado. Creo que Apple también está pensando en eso (con toda razón) y como decía, Oculus Rift (recordemos que Facebook metió como 1.000 millones en el proyecto) está ahí pisando los talones. Ah, y sin olvidarnos del fallido, de momento, Google Glass. Si Microsoft se empeña en seguir insistiendo en vender Windows a todo el mundo más allá de la empresa (menos mal que por lo menos han reculado en el móvil, eso ha sido todo un acierto, al menos mientras no tengan una táctica clara al respecto), el golpe contra la pared va a ser muy violento, y como dice Hiro Nakamura de Héroes (por cierto, como off topic, la última temporada no está mal, os recomiendo verla…), pueden morir muchas mariposas. Y los programadores y usuarios estamos en medio. Sé inteligente, Microsoft, ahora que aún puedes salvar los muebles.

PD: Como nota informativa, si habéis llegado al final de este ladrillo, aquí os dejo un artículo de gente que no es precisamente sospechosa de ser anti-Microsoft y anti-Windows. Lo deja todo muy claro.

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